AREQUIPA.- Morir de hambre o emprender una larga caminata de
varios días y llegar a su destino es la decisión de centenares de pobladores
que vuelven a su tierra natal.
Mientras el Gobierno hace todo lo posible para evitar la
pandemia y por eso amplió el Estado de Emergencia
hasta el 26 de abril, un sector de la población ha iniciado no solo la lucha
contra el Covid-19, sino también de la supervivencia; no morir de hambre.
Ocurre que nuestro sistema considera clase media al pobre y
pobre verdadero ni lo tiene el sistema. Es por ello que el bono de 380 soles
solo llegó a pocos pobres y a otros les llegó pero ni siquiera tienen fecha
para cobrar.
Muchos viven del día a día y tiene alquileres y préstamos
que pagar. Ahora sin trabajo no les queda nada.
Por todas estas deficiencias, centenares de personas que por
alguna razón quedaron varados en otras localidades o que vivían del día a día,
han empezado una odisea a sus lugares de origen arriesgándose a Incluso morir
en el intento.
Todos ellos señalan que no tiene dinero para comer. Lo poco
que tenían se les acabó, y la única alternativa es regresar a casa donde al
menos podrán tener un buen techo para dormir.
El caso de la familia que se iba a pie de Arequipa hacia Apurímac
y que se viralizó, conmovió a miles de personas, solo es una pequeña muestra.
Desde hace días se observa a docenas de personas que junto a
sus hijos está abandonando Arequipa por un camino de herradura que conduce a
Yura, Pampas Cañahuas, y luego Imata. Desde este punto parte algunos a Puno, otros
a Cusco y algunos hasta Apurímac.
Muchos policías han tenido que dar hasta sus 'ranchos' al
ver esta cruda realidad. "Ni ganas de detener hay para esas personas.
Algunos se van por la pista otros por los cerros", nos cuenta un agente de
Carreteras destacado para la vía Arequipa Puno.
En su inocencia, Alberto Quispe, un señor que llegó hasta
Layo (Canas Cusco), nos llamó para decir que llegó en dos días gracias a que
los camioneros le dieron una "jaladita" en varios tramos. "Esa
familia que está cambiando por Charcani está haciendo mal, por ahí no hay nada
y van a caminar una semana. Más seguro es por Yura a Imata", nos dice.
Esta lucha contra la pandemia no es fácil y el gobierno y
autoridades debería ver está triste realidad. Estas personas no huyen porque no
quieren acatar la cuarentena, sino que el estado les ha dado la espalda y solo
busca seguir viviendo.
Todas estas personas dejaron sus chacras y animales porque
solo es para sobrevivir. Emigraron a las ciudades en busca de un mejor futuro
no para ellos, sino para sus hijos. Por esa misma razón ahora se ven obligados
regresar de dónde partieron para que sus hijos tenga un techo y comida.